viernes, 28 de junio de 2013

Y las historias ¿en qué maleta van?

Durante dos años me has visto reir, llorar (de alegría y de pena), me has visto llegar borracha y súper borrachisima, con tacones y sin ellos; me has visto cantar, sonreír, estudiar, lamentarme, desquiciarme, dormir y sobre todo me has visto soñar.
Hoy me ha tocado despejarte, desvalijarte de todas esas cosillas de valor (para mí) que he ido colocando en tus paredes para no verme tan "encerrada" en los momentos variopintos que se han ido terciando.
Ibas a ser mi rincón favorito, lo tenía claro desde que llegué a esta casa, y tenía que ponerte guapa, prepararte para la ocasión. Y aquí estoy hoy, dando pinceladas sueltas en este word en blanco, a los dos últimos años de mi vida.
Es duro ponerte a recoger todo lo que has ido trayendo durante "18 meses" por decirlo de alguna manera; en cada salida había un recuerdo que meter en el bolso para más tarde, ser colocado por ahí, en algún hueco libre. Cada entrada de concierto tenía que ser guardada sin arrugarse para unirse con las demás en el enorme cartel de concierto que presidia la pared frente al armario.
París también tenía que estar presente, y gracias a mi hermana fue más fácil..el tic-tac que sonaba de fondo estaba presidido por una esfera con la torre eiffel; una velita aromatica era introducida una vez por semana en un "cubo"  nuevamente con la torre más bonita que he visto en mi vida, acompañada de algún que otro recuerdo de la ciudad. Ah y por supuesto mi cuadro, una de las mejores compras que he hecho en los últimos años.
Los corazones no podían faltar en la habitación de una romantica empedernida, así que me hice con un mural encantador y ahí a estado escuchando el tic-tac de parís hasta las 12 de esta mañana.
Y las fotos...despegar 50 fotos de la pared, recuerdo tras recuerdo ha sido duro y sobre todo al darte cuenta que hace como cosa de un año, algunas ni siquiera tienen sentido porque tu vida ha cambiado completamente y muchas de esas personas ya ni tan siquiera pintan nada en la pared.

Ha sido un tiempo, para algunos quizás corto, para mí pichi-pichá, pero sin duda un tiempo increíble que me ha ayudado a cambiar, a convertirme en otra persona, menos vulnerable, menos flexible y conformista, y sobre todo, más segura de mi misma; y lo digo así, orgullosa, porque es como me siento.
Por el camino he conocido personas increibles que han dejado una huella enorme dentro de mí, y que a pesar de volar los años (porque ya ni corren, vuelan) sé que siempre podré contar con ellas. Que nos reuniremos un día para desayunar o tomar el café de las cinco y parecerá que el tiempo no ha pasado, claro que para entonces, tendremos nuevas historias que contar.
Llega el verano y con él vienen de camino las dos locas que más quiero, mis sugus! preparadísimas para vivir un verano de aventuras inolvidables, de viajes en el fiesti, en el bus del inserso hacía quién sabe que ciudad, de piscineo, de tardes "an ka juancar" y de noches de "casa-cata" y abadía que tendrán en Septiembre 50.000 fotos más para dar paso a la dificil elección de cuales son las más apropiadas para decorar mi nueva habitación; ahora tendré otro rincón favorito, pero esta vez estará en Madrid.

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